Quien no respeta sus propias convicciones y negocia con terceros para favorecer las conveniencias de éstos; además de ser un traidor a sus principios debería recibir una fuerte condena penal, social y familiar, ya que carece de absoluta dignidad como respeto hacia el conjunto de la sociedad con la que interacciona.
Los individuos de esta condición son inadecuados para la humanidad en su conjunto.
Jorge Horacio Richino - El Escritor de la Web.
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