No digo que todos los artistas produzcan el mismo efecto en su público, pero algunos -especiales- poseen ese don maravilloso de abstraer a la gente de cualquier otra cosa que no sea estar pendiente de su arte y de quedar casi hechizados durante el desarrollo de su expresión artística, fascinación que en muchas personas suele ir más allá del mágico momento en el que lo vieron desplegar su talento.
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