Sueños y realidades verdaderamente eternos.
Vida que te voy jugando
sin dejar de sorprenderme;
de pequeño... tantos sueños,
tantas puertas por abrir,
mantuvieron mi atención
en este duro vivir.
Jugué a convertirme en hombre,
trabajé, estudié... me divertí,
me dejé llevar por hechos naturales
que se debían cumplir,
para ganarme la vida, progresar
... y así seguir.
También cultivé mi esencia en la fe,
convencido en que aquello
que me habían anunciado
podría ser cierto -aunque resultase
poco convincente a mi intelecto-
pero lo dogmático se fue alejando
progresivamente de mi ideario personal.
Con el correr del tiempo,
me di cuenta que es tan poco
lo que puede hacer el hombre
en este mundo.
La ignorancia y la mala aplicación
de las costumbres, desperdiciando
tiempo precioso que se podría aplicar
a proyectos para intentar encontrar
una razón clara y convincente de porqué.
Por qué no poder descubrir una verdad,
algo que no deje dudas,
algo que permita saber que todo no ha sido
solamente un juego?
Un juego que además estamos jugando mal
y como prueba de ello tenemos los resultados
ante nuestra preocupada pero abúlica mirada.
Sin embargo cuesta reconocer
que la sociedad está enferma,
que la gente tiene más limitado su pensamiento;
que las cantidades se escapan de control,
que el crecimiento es mucho
como la "abundancia" es poca,
y la Tierra ya no es el regazo de todos sus hijos.
No sigamos desorientados,
paremos un poco este juego
... juego en el cual nos sumergimos
para poder seguir viviendo,
y así dispersar temores y dudas,
ya que no le sabemos llegar al final;
y veamos entonces si de alguna manera
podemos iniciar un nuevo camino
que nos lleve a horizontes más amplios,
y a sueños y realidades verdaderamente eternos.
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Autor: Jorge Horacio Richino
Todos los derechos reservados.
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Publicado simultáneamente en:
y otras páginas y sitios del autor.
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