-----Jorge Horacio Richino - Dejando huella en Internet-----

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-----Escritor de la Web-----Jorge Horacio Richino Verdaguer----- Dejando huella en Internet-----
Artículos relacionados con el arte, la cultura, la ciencia, otros temas de interés general, y algunos divagues.

viernes, 27 de marzo de 2009

Trabajo difícil el del periodista.

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Habrá que suponer, finalmente, que el trabajo del periodista es bastante complicado - por lo menos aquí en la Argentina.
Lo digo por que en ciertos programas radiales y televisivos (que es de lo que me voy a ocupar en este artículo), muchas veces -por no decir casi siempre- cuesta que te puedan reproducir un e-mail o un llamado telefónico en donde se expone una crítica a algún acontecimiento de la realidad.
Es más, hasta parecería que las producciones realizan un filtrado de mensajes (por diversas razones como: no alterar al periodista-conductor, no estar en línea lo expuesto con algunas ideas de la línea editorial (vaya a saberse porqué) y no poder decir ciertas cosas por causales que harían a la conveniencia del medio o de los propios periodistas/comentaristas a que hago referencia.
Lo cierto es que al oyente o televidente, le resulta fastidioso estar toda la programación esperando que al menos te hagan sentir como que estás participando (por ende la radio y la televisión no son juegos de ida y vuelta).

Visto lo dicho, también hay que remarcar que en general piden que la gente llame para poder medir el grado de audiencia y sacar su propias evaluaciones y cotejarlas con las agencias que se ocupan de este tema, es decir que daría la sensación que juegan con la audiencia (es al menos lo que se percibe desde la otra vereda).
Asimismo se viene notando que se habla mucha cosa poco inteligente y que, cada vez más los programas, se inclinan con mayor incidencia a la parte frívola, a la comicidad, y a la opinión (a mi juicio muchas veces incorrecta) sobre hechos de los cuales solamente debiera darse la información sin la interpretación personal del periodista/comentarista/conductor. (ya que no se lo puede retrucar -en el momento- sobre sus dichos: y esto no es bueno).
Finalmente no deseo hacer demasiado extenso este artículo, pero -reitero- qué difícil debe ser el trabajo de periodista u opinólogo; aunque mucho más difícil - y no me cabe ninguna duda - es estar del lado del público.

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