Gardel es más porteño que uno de los más importantes y más antigüos edificios de Buenos Aires.

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El edificio al que se hace referencia es la Sede del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, sito en Avenida de Mayo 525.
Fue construido entre 1891 y 1902 y se trata de obra del arquitecto italiano Giovanni Cagnoni. Su estilo corresponde al academicismo francés, con matices del italiano. En su interior alberga dos grandes e importantes óleos: “Preparativos de salida”, del Maestro Benito Quinquela Martín, y “La Fundación de Buenos Aires”, de José Moreno Carbonero.
Pero porqué afirmo lo citado en el título: Es bien cierto que Don Carlos Gardel nació en Francia, desembarcó y vivió algun corto lapso en Uruguay, aunque siempre con el destino final que deseaba su Sra. Madre, de alojarse definitivamente en la Reina del Plata y transformarse en nuestro querido "Carlitos Gardel" definitivamente bien porteño y bien argentino.
Y fue así nomás, así aprendió a querer a esta ciudad como su tierra desde muy pequeñito, así mamó la cultura de los porteños en esa época, y así lo recordó siempre en sus tangos y canciones (donde constantemente quiso remarcar su amor por el lugar que definitivamente fue el suelo que lo formó y le dió todas sus primeras y más gratas vivencias).
Para prueba de ello -no obstante que debe haber muchas más- a continuación detallo algunas frases que quedaron marcadas en sus melodías y en sus letras, de Le Pera, Barbieri; Gardel, y otros autores:

"Mi Buenos Aires querido, cuando yo te vuelva a ver, no habrá más penas ni olvido".

"Buenos Aires cuando lejos me ví, sólo hallaba consuelo, en las notas de un tango dulzón, que lloraba el bandoneón. Buenos Aires suspirando por tí, bajo el sol de otro cielo, cuanto lloró mi corazón, escuchando tu nostálgica canción".

"Lejana Buenos Aires, que linda que has de estar, ya van para diez años que me viste zarpar, aquí en este Montmartre, fogón sentimental, yo siento que la vida me clava su puñal".

"Buenos Aires la Reina del Plata, Buenos Aires mi tierra querida, escucha mi canción que con ella va mi vida. En mis horas de fiebre y orgía, harto ya de placer y locura, yo pienso en tí Patria mía para calmar mi amargura".

"El farolito de la calle en que nací, fue el centinela de mis promesas de amor, bajo su quieta lucecita yo la ví, a mi pebeta luminosa como un sol. Hoy que la suerte quiere que te vuelva a ver, ciudad porteña de mi único querer, oigo la queja de un bandoneón, dentro mi pecho pide rienda el corazón. Mi Buenos Aires tierra florida, donde mi vida terminaré, bajo tu amparo no hay desengaños, vuelan los años se olvida el dolor, en caravana los recuerdos pasan, con una estela dulce de emoción, quiero que sepas que al evocarte, se van la penas del corazón.

Y así podríamos continuar con otras tantas canciones que recuerdan a Buenos Aires, al arrabal porteño (por el arrabal de Buenos Aires),
a la lejana "Tierra Mía", etcétera, etcétera.

Hace falta más para concluir definitivamente en que Carlos o más cariñosamente "Carlitos Gardel", es más porteño que la misma Ciudad.

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LO GRANDE QUE ERA EL MOROCHO DEL ABASTO.

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